viernes, 8 de marzo de 2019

MARCO GEOLÓGICO GENERAL

El espacio en el que se enmarca este pequeño estudio corresponde a las comarcas de  La  Litera  y  el  Cinca  Medio.  La  zona  oriental  de  Huesca  es  un  territorio  fronterizo  por  posición geográfica y por historia. Curiosamente, también son tierras fronterizas en cuanto a  su  geología,  ya  que  están  a  caballo  de  dos  de  las  tres  grandes  unidades  geológicas  que  componen Aragón: el Pirineo y la Depresión del Ebro.  


Mapa Geológico de las comarcas orientales de Huesca

La  zona  estudiada  presenta  tres  unidades  naturales,  caracterizadas  por  litologías,
antigüedades, características tectónicas y relieve claramente diferenciados, que se presentan como bandas de orientación aproximada NO-SE, teniendo influencia incluso en el tipo de vegetación y en los usos que se ha dado al territorio por parte de sus pobladores. 

            a) Las sierras subpirenáicas.
Ocupan  el  extremo  nororiental  de  la  comarca,  apareciendo  en  los  términos municipales   de   Estopiñán,   Estaña,   Gabasa,   Calasanz,   Baells,   Nacha,   Camporrells, Baldellou, Castillonroy, Santa Ana y Zurita. La zona está caracterizada por una sucesión de sierras   escarpadas   con  alturas   de   hasta   850   metros.   Estratigráficamente   la   zona   se   caracteriza  por  el  afloramiento  de rocas  correspondientes  al  mesozoico  y  cenozoico  inferior.             
Las rocas de edad triásica están representadas por yesos del Keuper, que afloran en diapiros en los términos municipales de Camporrells y Calasanz. Acompañando a los yesos son  frecuentes  las  arcillas  y  otros  tipos  de  evaporitas  tales  como  las  silvinas  (potasas)  de  Calasanz. También son frecuentes las intrusiones de ofitas en las rocas de este periodo. Las ofitas    son    rocas magmáticas    subvolcánicas    que    se    pueden    contemplar    como amontonamientos oscuros de rocas muy alteradas y disgregadas.
El  cretácico  está  representado  por  calizas  y  margas,  en  ocasiones  con  fósiles marinos de rudistas y gasterópodos, estando también presentes las facies Garum formadas por  arcillas  y areniscas  de  color  rojizo  que  marcan  el  límite  entre  las  eras  mesozoica  y cenozoica e indican un periodo de retirada del mar.



Columna estratigráfica de síntesis


La serie sedimentaria del lado “pirenaico” de la Litera concluye con rocas de edad eocena  en  forma  de  grandes  masas  de  calizas  fosilíferas  conocidas  como  “caliza  con  alveolinas”  que  pueden  ser  contempladas  en  las  proximidades  de  Gabasa  y  Camporrells. 
Las alveolinas son organismos unicelulares marinos con conchas de tamaños milimétricos y formas  elipsoidales.  Acompañando  a  estos  microfósiles  aparecen  ejemplares  de  bivalvos  y gasterópodos  marinos.  La  caliza  con  alveolinas  constituye  el  último  episodio  marino  de Huesca,  en  una  época  (el  Eoceno)  en  la  que  el  Pirineo  ya  había  emergido  como  una  gran cordillera  y  al  sur,  la  zona  del  Ebro  era  también  tierra  firme.  Separando  ambas  unidades existió un brazo marino que comunicaba el Cantábrico con el Mediterráneo, pasando por la actual Litera alta.


b) La depresión del Ebro.

Las  unidades  geológicas  pertenecientes  a  la  depresión  del  Ebro  ocupan  las  zonas centro,  Oeste  y  Sur  de  la  zona.
   Durante  el  Oligoceno  (mediados  del  Cenozoico)  la  orogenia  alpina  prácticamente  ha  concluido  y  la  península  Ibérica  comienza  a  tener  su  actual  configuración.  En  el  Nordeste  peninsular  se  han  levantado  las  cordilleras  Pirenaica, Ibérica y Costero Catalana, delimitando una cubeta cerrada que no tiene comunicación con el  mar,  y  en  la  que  se  acumularán  durante  el  Oligoceno  y  Mioceno  importantes  espesores  de sedimentos procedentes de la erosión de las jóvenes cordilleras: La depresión del Ebro.
  La  depresión  del  Ebro  se  comportó  como  una  cuenca  continental,  donde  los  sedimentos serían conducidos y depositados por ríos y abanicos aluviales desde el Pirineo y la  Ibérica  originando  capas  de  arcillas  y  areniscas.  En  las  escasas  épocas  húmedas,  la  depresión  del  Ebro  estaría  ocupada  por  grandes  lagunas,  produciéndose  la  sedimentación de  calizas,  y  en  las  épocas  áridas  se  produciría  la  rápida  evaporación  de  las  aguas,  depositándose entonces yesos.

En la Litera y Cinca Medio afloran rocas tanto del Oligoceno como del Mioceno, y existen  algunas  diferencias  interesantes  entre  ellas,  tanto  desde  el  punto  de  vista  tectónico  como  desde  el  punto  de  vista  de  la  evolución  geomorfológica,  y  por  tanto  del  paisaje  resultante.
Corte Geológico Norte Sur de la comarca de la Litera

El Oligoceno está representado por arcillas areniscas y yesos, y aflora en las zonas de  La  Almunia  de  San  Juan,  Monzón,  Peralta,  Azanuy,  San  Esteban,  Tamarite,  Albelda  y  Alcampell. Es importante recordar que en esta época, los empujes tectónicos continuaban, por  lo  que  los  sedimentos  procedentes  del  Pirineo  fueron  comprimidos  y  plegados, levantándose grandes pliegues como el anticlinal Barbastro-Balaguer que recorre la zona. El núcleo del anticlinal está constituido por yesos fácilmente reconocibles porque forman una especie  de  muralla  blanca  de  dirección  ONO-ESE  sobre  la  que  se  asientan  localidades como  San  Esteban,  Tamarite  y  Alcampell,  y  en  la  que  abundan  pliegues  como  los  de  la  carretera  Tamarite-Alcampell.  Estos  yesos  también  son  los  responsables  de  los  colapsos  kársticos  que  se  pueden  observar  en  la  plana  de  Alcampell  como  dolinas  o  pequeñas  depresiones  circulares.  Los  yesos  oligocenos,  son  también  responsables  en  parte  del  carácter  salino  de  las  aguas  subterráneas  de  algunas  zonas,  hecho  que  se  ha  aprovechado  desde  la  antigüedad  para  explotar  comercialmente  esa  sal  mediante  salinas,  como  las  de  Peralta.
En  ambos  lados  del  Anticlinal  Barbastro-Balaguer,  predominan  las  arcillas  y  las areniscas  con  fuertes  buzamientos.  El  hecho  de  que  la  estratificación  no  sea  horizontal,  y  que  las  areniscas  soporten  mejor  la  erosión  que  las  arcillas,  origina  peculiares  relieves  estructurales  denominados  cuestas  y  hog-backs,  o  pequeños  montes  asimétricos  en  el  que  una  de  las  vertientes  es  la  propia  superficie  del  estrato.  La  localidad  de  Albelda  se  asienta sobre  un  paisaje  con  este  tipo  de  relieves.  Las  pendientes  en  toda  zona  son  suaves  y  las  cotas rara vez superan los 500 metros.

 Por último, en la parte centro y Sur de la zona se encuentran las rocas más recientes de  la  depresión  del  Ebro.  Se  trata  de  arcillas  y  areniscas  de  edad  miocena  y,  al  no  haber sufrido  ningún  episodio  de  compresión  tectónica,  se  disponen  en  estratos  horizontales.  

Ocupa los términos municipales de Binéfar, Binaced, Pueyo, Alfantega, Esplús, Altorricón, Algayón  y Vencillón. Estas son las tierras llanas sobre la que se asienta el regadío del canal de  Aragón  y  Cataluña  y  se  presentan  como  una  monótona  sucesión  de  grandes  parcelas  cultivadas  y  artificialmente  aterrazadas.  Sin  embargo,  también  existen  algunos  interesantes relieves de techo plano denominados planas o muelas, y los más pequeños, cerros testigo. 
Un  ejemplo  es  la  Sierra  de  San  Quílez  de  Binéfar,  cuya  cota  coincide  con  la  de  otros  relieves  tabulares  cercanos  del  Cinca  Medio  o  de  Monegros.  Los  relieves  de  techo  plano  constituyen  un  recuerdo  de  la  altura  que  tenía  la  zona  a  finales  del  Mioceno,  cuando  se  colmató  la  Depresión  del  Ebro.  Desde  entonces,  y  coincidiendo  con  la  apertura  de  la  red  de   drenaje   hacia   el   Mediterráneo,   los   ríos   y   barrancos   han   erosionado   el   terreno,   encajándose  varias  decenas  de  metros,  y  haciendo  retroceder  a  las  porciones  de  meseta aisladas.
Pero las planas del Sur de la Litera y Cinca Medio, aún guardan otra sorpresa. En el techo  de  todas  ellas  existe  una  gruesa  capa  de  gravas  cementadas,  de  cantos  rodados,  que de hecho han servido de protección para las rocas miocenas que están bajo ellas y que son decididamente  más  blandas  y  por  tanto,  más  sensibles  a  la  erosión.  Las  capas  de  cantos  rodados  son  de  edad  pleistocena  (un  millón  de  años, aproximadamente)  y  constituyen  las  terrazas superiores y por tanto más antiguas del río Cinca.
Por  último,  los  sedimentos  más  recientes  corresponden  al  cuaternario,  y  tienen  su  origen en la sedimentación del río. Se disponen en una gran franja de orientación Norte-Sur 
y constituyen la llanura de inundación y las terrazas del río. Algunas de ellas, como ya se ha dicho, ocupan posiciones bastante alejadas del cauce actual, lo que indica que el Cinca se ha encajado en las rocas miocenas, pero también ha sufrido un desplazamiento claro hacia el Oeste  a  lo  largo  del  cuaternario.  El  resto  de  los  materiales  de  esta  época  aparecen  como  manchas aisladas de poco espesor y corresponden a glacis y fondos de barranco.

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